¿Irresponsabilidad médica?

Universidad de Guadalajara

Centro Universitario de Ciencias de la Salud

Departamento de disciplinas filosóficas, metodológicas e instrumentales.

Profesora: Leticia Florián

Alumno: Leonardo Yarsihnio González Hinojosa

TEMA: LA NEGLIGENCIA MÉDICA

Negligencia Médica, un paso a la muerte

Sin duda el tema de la negligencia médica ha sido un tema muy controversial en las últimas décadas, en las que el avance de las políticas públicas, actualización de las leyes federales, la falta de conciencia del personal de salud, así como los intereses económicos y ganancia en las demandas legales han estado en aumento. Es difícil determinar un sólo factor causante de tal problemática, sin embargo es de mayoritaria importancia erradicar este tipo de situaciones negligentes, porque indudablemente, se está tratando de la vida humana. Negligencia, según la Real Academia Española se define por “descuido,  falta de cuidado o de aplicación”; es un término que se utiliza para referirse a cualquier persona que no es capaz de realizar sus funciones correctamente.

En la medicina se utiliza para referirse a un trabajo o acto mal realizado por parte de un médico, es decir, que no ha cumplido con los parámetros mínimos o las normas técnicas que la profesión requiere para una correcta realización, y que daña al paciente. Dentro de la medicina se encuentran muchos problemas éticos y morales, y en ocasiones es difícil para un médico decidir entre el ser o el deber ser, como diría Kant en su imperativo categórico, hay que actuar por puro respeto al deber y no para alcanzar otros fines, nunca sabremos qué hacer ante una situación concreta, pero podemos saber cómo obrar para que nuestras acciones puedan ser calificadas como morales.  

Los hombres debido a su naturaleza imperfecta son susceptibles a errar, esto ocurre en toda actividad humana, pero en el lugar que ocupan los médicos entre el actuar o dejar de actuar, pueden causar graves consecuencias a los pacientes. Ya sea por negligencia, imprudencia o impericia, muchos médicos han ocasionado daños a la vida, al cuerpo o a la salud de muchas personas alrededor del mundo. Hechos realmente lamentables que han sido sancionados y juzgados por la sociedad a lo largo de nuestra historia, con la finalidad de darle solución y castigo a los creadores de los mismos.

Desde épocas muy antiguas, el origen de las enfermedades siempre era atribuido a un castigo divino y nunca a causas físicas o biológicas, razón por la cual los sacerdotes eran quienes desempeñaban el papel de médicos, se convertían en mediadores entre lo divino y lo terrenal, intercediendo por la salud de su prójimo, pero qué pasaba cuando el sacerdote no lograba restablecer la salud de su paciente, nada, pues no se le podía castigar o acreditar responsabilidad alguna. En cambio, si un “médico de bisturí” realizaba una operación grave y mataba al paciente, o bien lo dejaba con algún tipo de daño, las manos del médico eran cortadas y era obligado a pagar por el daño que había ocasionado.

           

La negligencia como tal, no tiene un brote específico, es decir, no nace de un factor común en todos los casos. No obstante, esta puede aparecer gracias a diversas cuestiones, por ejemplo, la falta de conocimiento o la falta de experiencia necesaria para la realización de un trabajo en cuanto a la salud se refiere, ya sea al suministrar un tratamiento equívoco, un mal diagnóstico o un procedimiento quirúrgico erróneo.

En ocasiones los médicos tienen que actuar de forma inmediata ante ciertas situaciones que se les presentan, una operación de urgencia por ejemplo, en donde no conocen los antecedentes que puedan tener sus pacientes, las reacciones que pueda tener el organismo del mismo o simplemente que no tienen un panorama claro de la situación, cosas que pueden llegar a complicarse dentro de un quirófano o que simplemente no era lo que se esperaba, cosas que a veces son consideradas negligencia médica injustamente.

Tampoco es que se les justifique, pues nadie les quita la responsabilidad, tanto profesional como ética, que conlleva el que tengan una vida en sus manos, pero en ocasiones son también los pacientes los que no siguen las instrucciones de los tratamientos al pie de la letra por pretextos como “ya me siento bien”, “no pasa nada si hoy no lo hago”, y después, cuando recaen, resulta muy fácil tachar al médico de negligente y dejarlo como el malo de la historia cuando no es así. Por mencionar un ejemplo está el movimiento tapatío de reflexión y solidaridad llamado “YO SOY #17” que surgió después de una demanda presentada por un padre de familia el cual demandaba a dieciséis médicos que decía estaban involucrados en la muerte de su hijo por causas negligentes. En cuya protesta se convocó a los profesionistas de la salud y público que estuviera de acuerdo a la causa de manifestarse en pro de los derechos de los médicos, en el que figuraban frases como “la salud es un derecho, pero también una responsabilidad” y “Somos médicos, no criminales ni asesinos ni dioses”.

Como se mencionó anteriormente, la negligencia no se comete exclusivamente por la falta de conocimientos, existen otros factores como el nepotismo dentro de los hospitales. No sólo en las demás carreras se da el nepotismo a la hora de ejercer o practicar, en la medicina también es común, sin importar cuál es el mérito o el qué ha hecho alguien para merecer un lugar o un cargo dentro de un hospital en este caso, basta con ser “hijo de fulanito”, “amigo de zutanito”, para lograr obtener cierto puesto o nivel dentro de una institución, cosa que influye en la negligencia que dichas personas pueden desarrollar pues no siempre están realmente capacitadas y suelen ser las que se excusan de todo, o tratan de no demostrar culpabilidad alguna.

           

Aunque sabemos que un médico suele ser muy frío, pues tiene que tener la mente despejada para saber actuar de forma rápida y correcta, los médicos no suelen o son los que menos deben equivocarse y es ahí donde en ocasiones crean un “complejo de Dioses” que deja de lado la ética profesional que se supone deben de llevar, desarrollando una posición ego centrista. Una cosa es que el modelo que se tiene de un médico sea el de una persona “precisa”, es decir, exacta y con un margen mínimo de error, alguien a quien deben mostrarle respeto y no cuestionar, pero otra es el no querer aceptar sus errores, el que sean médicos no les impide tener la HUMILDAD para aceptarlos y aprender de ellos, pues hasta el momento no se ha visto ninguna ley que diga que un médico no tiene por qué pedir perdón. Sin embargo, estos errores médicos son independientes muchas veces de su conocimiento, habilidades, capacitación, experiencia, instrumentos, etcétera. El profesional de la salud no busca dañar, al contrario, intenta curar a quien solicita o no sus servicios; pero aun así sus errores dañan a muchos pacientes y a ellos mismos pues sufren como cualquier persona por el error cometido.

           

En esta línea de opinión, la mejora de infraestructura de los establecimientos de salud, sobre todo públicos, su equipamiento, una capacitación constante y permanente de su personal, el abandono al éxito fácil, es decir, preferir la cantidad de atenciones en lugar de la calidad de ellas, la mejora del sistema de comunicación, de la promoción de una mejor relación médico-paciente, contribuirían a mejorar el servicio.

La política institucional de cada centro o establecimiento de salud, debe crearse con el objetivo de mejorar todos sus procesos y por ende disminuir los casos de negligencia médica. Para ello sería indispensable institucionalizar a los trabajadores en el establecimiento que se dirige pues los trabajadores, sean médicos o no, son el instrumento más valioso para lograr un cambio. Contar con algún incentivo, no necesariamente económico, como la capacitación permanente, el control, monitorización continua y lógicamente sanción. Acciones que no deben ser dirigidas atrás de un escritorio o mediante la observación de una cámara, es necesario que se tomen medidas en todos y cada uno de los rincones de los hospitales y no en ciertas áreas de ellos. Es necesario también que los cuerpos médicos intervengan con la dirección hospitalaria en esta cruzada, es necesario que estos participen de la gestión como asesores técnicos ¿y por qué no? como coparticipes.

Por lo tanto, podemos concluir que la falta de rigidez o de cumplimiento de reglas, la pérdida de cariño hacia la institución para la cual trabajas, fomenta un entorno de envidias, chismes y demás vicios, un ambiente nada apropiado para el trabajo a favor de la salud de las personas. Sin duda alguna, los pacientes necesitan que sus establecimientos de salud estén bien “organizados” o “sedimentados”, para que así se logre disminuir el número de incidencias en cuanto a negligencia médica se refiere. Este tipo de problemáticas se podrían exigir a las autoridades, se necesitan más hospitales, la culpa no es totalmente de los médicos, pero hay una demanda excesiva en el sector salud, cómo es posible que vayas por una simple radiografía y te den cita dentro de meses, y peor aún que las personas se queden calladas y no reclamen lo que por derecho les corresponde.

Por otro lado en el papel de médico o profesional de la salud esta adecuarse a códigos deontológicos que se le demanden para una correcta práctica clínica apegada a los derechos que se tengan como paciente, así como a sus necesidades y a las leyes que se le atribuyan para llevar a cabo una adecuada responsabilidad laboral como médicos.

BIBLIOGRAFÍA

·         Yo SOY médico #17: un movimiento de reflexión y solidaridad. Periodico La Jornada Jalisco 16/junio/2014 extraído de http://www.lajornadajalisco.com.mx/

·         Bañuelos N. La mala práctica. Nayarit (2003) Comisión estatal de Conciliación y Arbitraje Médico. Extraído de http://www.conamed.gob.mx/comisiones_estatales/coesamed_nayarit/publicaciones/pdf/mala_practica.pdf

·         Consejo general de colegios oficiales de médicos. Código de deontología médica. Plaza de las cortes, 11. 28014 Madrid – Tel.: 91 431 77 80 – Fax: 91 576 43 88 (Presidencia) 91 431 96 20 (Secretaría). www.cgcom.es